El equipamiento preciso para jugar al Polo

Por Shulita Messina

Cada uno de los jugadores del equipo tiene que contar con un equipamiento especial durante el juego que forman parte de su uniforme básico.


Es primordial que cumplan con todos los accesorios, no solo por estar reglamentado por la Asociación Argentina de Polo (AAP), sino también por los altos riesgos que causa este deporte que se genera de una manera intensa y de alta velocidad.


Equipamiento que deben utilizar los jugadores:


Casco: debe ser rígido en el exterior y acolchado en el interior para proteger la cabeza del jinete de golpes o caídas. Sirve también para identificar al jugador.


Botas de montar: por lo general son de cuero marrones y protegen las piernas del jugador de golpes que pudieran generar lesiones serias. Cuentan con un pequeño taco que brinda el agarre necesario para que los pies queden bien sujetos a los estribos. No pueden tener espuelas, tachas o hebillas.


Rodilleras: al igual que las botas se utilizan para proteger las piernas del jugador de posibles tacazos, bochazos o caídas. También los protegen en caso de ser tomados por otro jugador en la defensa.


Guantes: resguardan las manos del jinete y mejoran el agarre al taco y a las riendas.


Coderas: brindan protección para los codos del jugador ante posibles golpes o caídas. Anteojos protectores: brindan al jugador seguridad y protección frente a posibles impactos o golpes.


Fusta: es flexible y liviana. Se utiliza para dirigir y controlar al caballo.


Taco: mide alrededor de 1,30 metros, es flexible, y se usa siempre en la mano derecha. Incluso los jugadores zurdos deben cumplir con esta regla.


Equipamiento que deben utilizar los caballos:

Montura: existen diferentes tipos de monturas pero en todos los casos, lo más importante, es que sea confortable tanto para el jinete como para el caballo. Debe tener una cincha, que la sujeta al lomo del animal, y una sobrecincha por si la cincha llegara a cortarse. Debajo de la montura se coloca también un mandil o sudadera que sirve para fijar la montura al lomo del caballo.


Estribos: se fijan a la silla de montar y permiten al jinete introducir los pies brindando seguridad y estabilidad.


Vendas: las patas son las partes más sensibles de los caballos y, por ende, las que más deben protegerse. Para evitar golpes, raspones y torceduras, y resguardar los tendones, se deben envolver con vendas elásticas o “tendoneras” de goma.


Herraduras: protegen los cascos del animal. Deben tener reborde y este solo puede estar colocado en el borde interno de la herradura.


Estribos: se fijan a la silla de montar y permiten al jinete introducir los pies brindando seguridad y estabilidad.


Cabezada: son las correas con las que se controla al animal.


Bocado: es la parte de la brida que se introduce en la boca del animal y se utiliza para dirigirlo, frenarlo y darle órdenes. Debido a que la boca es una zona fundamental para el manejo y el control del caballo, y que el grado de sensibilidad de cada boca es diferente, existen distintos tipos de bocados adaptables a la boca de cada animal.


Riendas: se utilizan dobles para controlar de forma separada que el animal se detenga y gire, y para evitar perder el control en caso de que una de las dos se rompa o se corte.


Martingala: cumple la función de mantener la cabeza del caballo en posición correcta