La pasión del Rey Carlos por el Polo

Durante su adolescencia, Windsor se convirtió en uno de sus destinos preferidos. Allí, la familia real posee un imponente castillo, ubicado a minutos del Guards Polo Club, uno de los recintos deportivos más imponentes de Europa. Las fotos lo delatan: en aquel club, arriba de un caballo, Carlos mostraba su mejor versión.

Este predio ubicado en Berkshire también era sede del Cartier International, un prestigioso torneo de polo. El flamante rey de Gran Bretaña no se perdía ni una cita, Allí y en Cirencester, Carlos jugó la mayoría de sus partidos. Lo supieron acompañar sus hijos, sus hermanos, y hasta su primera esposa, Diana. Con ella, protagonizó una de sus fotografías más icónicas sobre un campo de polo.

La mayor parte de la carrera de Carlos en el polo tuvo lugar sobre tierras británicas, pero en contadas excepciones, el londinense se animó a agarrar el taco en otro países. En 1978, por ejemplo, representó al Regimiento de Caballería de la Reina en Brasil, donde su equipo venció al equipo del General Paiva Chaves.