Eduardo “Ruso” Heguy, a sus 58 años, es un ícono del polo argentino, cuádruple campeón del Abierto de Palermo y miembro de una familia legendaria en este deporte.
En una entrevista profunda, relata su vida marcada por la pasión por el polo, donde se sentía “inmortal” montando a caballo a gran velocidad.

Habla de su infancia en La Pampa, las rivalidades con sus primos en la cancha y su relación “ridícula” pero cercana con sus hermanos, con quienes formó el exitoso equipo Indios Chapaleufú II.

Destaca también un momento trágico y milagroso: la recuperación de su hijo Pedro tras un grave accidente en 2021, que considera un regalo divino.
Además, reflexiona sobre la evolución del polo, abogando por cambios dirigenciales para recuperar su esencia y espectáculo, y comparte su orgullo por la nueva generación de polistas Heguy, como sus hijos Cruz y Luján.
Sensible y creyente, el Ruso combina su dureza deportiva con una emotividad que lo define fuera de la cancha.
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