En José Ignacio, en la Playa Brava de Punta del Este en Uruguay, el Parador La Huellacautiva tanto como el mar. Discreto y relajado, es un restaurante donde se respira aire puro y exclusividad.
Ser un rincón parecido al paraíso y, al mismo tiempo, el escenario de las fiestas más emblemáticas de Punta del Este, no impide que conserve su privacidad. Por eso es elegido para comer por personalidades como Pierre Casiraghi, Luciano Benetton, Shakira y Naomi Campbell. Posee un ambiente cuidado por la presencia constante de sus dueños Martín Pittaluga y Guzmán Artagaveytia, y en el que sobresalen las creaciones de su bartenderPaola Debrun.
Más allá de cualquier moda, este rincón “casi secreto” fue ubicado en la posición 20 en la prestigiosa lista de los “50 mejores restaurantes de Latinoamérica” de la revista Restaurant. El mérito lo tiene, sin duda, su chef Alejandro Morales y su cocina simple e intemporal.
En el 2002, Morales buscaba un lugar en el mundo, y descubrió La Huella. “Me quedé porque acá encontré muchas cosas importantes para formar una cocina. En especial, las relaciones humanas simples y las posibilidades gastronómicas”, recuerda Morales.
Con su sello muy personal, la cocina de Morales es el resultado de años de experimentación. “En La Huella somos estrictos con la simplicidad. Incluso hay un chiste: decimos que está prohibido decorar los platos. De alguna manera, queremos que todo remita a lo casero”, explica el maestro cocinero. “Mi pretensión máxima sería que la cocina que hago se vea como algo atemporal, que quede fuera de las modas. Ni futurista ni moderna ni antigua. Simplemente, que pueda estar en cualquier época”.