Nacho Videla, el modelador de Caballos

Por Carlos Cervetto para Revista Caras

Su empatía por los caballos nació de péquelo mientras visitaba el campo de su familia en San Luis. Montó, saltó durante quince años y se interesó mucho por la cría, a la par que desarrollaba su vocación artística por el dibujo y la pintura.

Fue así que Ignacio Videla (47) empezó a dibujar sus primeros caballos en óleos y carbonillas, hasta que descubrió un género mucho más complejo y desafiante como el arte de esculpir.

La primera pieza que creó fue un retrato de su abuelo, el mojón que lo inició en una especialidad que lo fue abarcando y seduciendo, y que hoy lo convierte en uno de los más reconocidos escultores de caballos: «Me barecen animales extraordinarios y difíciles de detallar, cada uno con sus gestos y sus diferentes rasgos. Me gustan sus formas, sus líneas, sus músculos, y en especial el caballo árabe, que para mi es la perfección. Quienes practicamos deportes ecuestres somos muy amantes del caballo en general, un animal noble y sano a los que me apasiona modelar», explica.

«Nacho» en su casa y taller de un barrio privado de Benavidez, un espacio que construyó especialmente con mucha luz natural pensando en su trabajo.

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